"Nadie se esperaba esto. Cuando vimos correr la lava por aquí cerca salimos como pudimos. Pero mi hermana, mi sobrina, sus hijos y sus maridos se quedaron allí" así lo relató un poblador que aún teme continúen las erupciones.
Al menos 99 personas murieron según las cifras dadas a conocer este miércoles por el Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) y unas 200 permanecen desaparecidas, aunque las cifras siguen siendo inciertas.
El número real de muertos se desconoce. Las tareas de rescate continúan y nadie sabe con seguridad cuántas personas se tragó la lava.
"Cuando nos alertaron ya era muy tarde, ya no podíamos hacer nada más que huir. Y lo perdimos todo, sobre todo la familia que es algo que no se puede recuperar. Yo estoy con el corazón roto", confiesa el sobreviviente.
El vulcanólogo Gustavo Chigna, del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología de Guatemala (INSIVUMEH) explicó en una entrevista que si bien se puede pronosticar cuándo ocurrirá una erupción, varios factores confluyeron para que la del domingo alcanzara dimensiones no vistas en décadas.
"Lo que no podemos predecir es la magnitud que va a tener. Entonces el Volcán de Fuego es tradicionalmente muy activo. En los últimos años ha tenido 15, 16 y 17 erupciones por año, por lo que, de alguna forma, las personas que viven en las cercanías están acostumbradas a que se registre esta actividad".
Las principales poblaciones afectadas por la erupción fueron comunidades que se encuentran a muy poca distancia del volcán, unos lugares que, en teoría, no son aptos para ser habitados por seres humanos.
De acuerdo con el vulcanólogo Chigna, el Volcán de Fuego registra un promedio de seis explosiones por hora, lo que lo convierte en el más activo del país y hace que sus cercanías constituyan un potencial peligro.
Pero lo que sucede en la práctica es diferente.
"Tenemos de hecho ocho comunidades que viven allí y ahí surge esa parte de por qué se permite que vivan personas en esos lugares. Casos como este nos muestran la necesidad de un mejor ordenamiento territorial", considera el vocero de la CONRED.
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